Primera vez compartiendo habitacion (priv.)

-La habitación en realidad no tenia gran detalle, no era muy grande y tampoco demasiado comoda, el sistema de ventilacion no era mas que un simple ventilador sujeto al techo y el resto de muebles eran los mismo con los que contaba cualquier otra habitación; pues el gobierno no gastaria una fortuna en darle un espacio lujso para dormir a quienes serían sus futuros defensores, " que hipocrecia" siempre pensaba Shin, pero sabia que realmente era necesario mantener las cosas y los estandares de los costos de lugares de almacenamiento masivos, en este caso a los soldados.-

La agetreada noche anterior habia muerto, y se habia convertido en otra calurosa mañana, siendo apenas las 9 am el sol parecia que golpeaba con todo su poder las ventanas del lugar, pero una cortina hacia uso de todas sus fuerzas para mantenerlo a raya y no dejarlo pasar, asi que por esta razon la habitación permanecia relativamente oscura.

"Que linda bienvenida, ¿no?" pensaba Shin mientras volteaba a ver a su hermana pequeña, que por asi decirlo habia aguantado mucho como para haber sido su primer encuentro con su hermano en mucho tiempo, y aun mas siendo que esta nunca habia conocido ese lado suyo; esta idea de que la hermanita era fuerte le hacia sonreir levemente, mientras la contemplaba dormida, sentado él en un sillon comodo -cosa que obtuvo por medios privados- tomaba un leve sorbo de su taza de cafe, un cafe bien negro y cargado, con poca azucar y sin leche eran para el como un respiro despues de un dia muy cansado.

Una vez terminó de beber la taza de cafe se levanto y se fue a preparar otra, bueno mejor dicho fue a calentar el agua para que hirviera nuvamente, pues ya se habia enfriado; en el trayecto de regreso a su sillon, pasó a checar a la pequeña peliverde, verifico que sus vendajes no estuvieran manchados de sangre y que su sien no se habia vuelto a abrir, le ablandó un poco mas la almohada sobre la cual tenia recostada la cabeza y la destapo, pues lo poco helado de la noche habia terminado y el infenral dia caluros comenzaba a dar inicio.

Al destapar a la pequeña hermana, sintio una profunda alegria, la sonrisa leve de hace rato se dilataba un poco mas, esta expresion y estos pensamientos felices que recorrian su mente casi lo hacian parecer un humano común y corriente, pero la realidad no podia estar mas alejada; veia a su hermanita, sediento de su ser y sobretodo de su cuerpo, como parecia que respiraba sin preocupaciones dormida, como su pecho se inflaba y densinflaba con suma tranquilidad, el saber que haria terminar toda esa paz en algun momento, exactamente eso le proporcionaba aquella alegria que parecia pura a la vista de quien no sabia como era el retorcido hermano.

Que linda eres... susurro mientras se sentaba al lado de la cama y acariciaba la cabeza de la chica, sintiendo su sedosos cabello entre sus dedos y que lindo cuerpo tienes... continuaba diciendo en un tono bajito, como quien le habla dulcemente al amor de su vida al mismo tiempo que apreciaba sus exhuverantes curvas, sus jugosos pechos y sus deliciosas caderas, su sereno soñar le gustaba y le traia calma, quizas este era uno de los detalles no enfermos que el mas apreciaba de la pequeña.

Al terminar de mencionar esto, se levantó y volvio a checarla de pies a cabeza que todo estuviera en orden, vio que las vendas de su cabeza y pechos no se hubieran aflojado, y se "encargo" de que la casi transparente bata que le habia puesto siguiera envolviendo su cuerpo, que si bien por las vendas no dejaba ver sus senos, dejaba que se apreciara bastante bien sus bragas; pues en su retorcida mente hasta lo que no tenia pinta de ser algo malo, terminaba siendo algo inesperado y totalmente maniaco.

La noche había transcurrido en relativa calma, aparentemente el peliverde se había contenido durante la noche por no despertar a la menor a patadas o con quien sabe qué artefacto inimaginable y siniestro.
La fémina dormía apaciblemente como una niña pequeña, sus gestos no rebelaban nada en absoluto por lo que era difícil imaginar lo que soñaba pues se mantenía serena y tranquila... Por lo menos era obvio que no soñaba con aquel personaje que la atormentaba tan profundamente.

Pronto habría amanecido y el terrible calor de verano comenzaría a hacer estragos con su cuerpo que aún se sentía adolorido. Algo le aprisionaba el pecho un poco, no hasta el punto de asfixiarla pero sí se sentía diferente, al igual que su cabeza que tenía una leve presión y un poco de dolor en su sien... Despertó, mas no abrió los ojos, podía escuchar los pasos de su hermano y si escuchaba con un poco más de atención lograba oír a lo lejos a los soldados gritando y corriendo en los campos de entrenamiento.

Los recuerdos de la tarde-noche anterior pronto llegaron a su mente, desde el encuentro con su hermano y todo lo que había ocurrido hasta el rojo de la sangre que tenía en sus dedos. Lentamente abrió sus ojos, recorriendo con la mirada el cuarto, junto a su cama había una pequeña mesita de noche con unas vendas manchadas de sangre; de inmediato se preguntó quién le habría cuidado toda la noche y fue entonces cuando su mirada lo encontró, ahí parado frente a la cama, notó su mirada lasciva y esa sonrisa que le daba un poco de miedo... A penas su mirar chocó con el de su hermano por simple reflejo se levantó quedando sentada, notando de inmediato que aquello que le apresaba el pecho era un vendaje y que carecía de ropa, salvo por una bata transparente que jamás en su vida había visto y sus bragas.

No dijo palabra alguna, solamente se quejó un poco pues el haberse levantado tan repentinamente le había mareado un poco. El dolor en su cabeza había ido aumentando gradualmente y ahora era algo insoportable, tanto que con fuerza tiró de las vendas que cubrían la herida de su cabeza, retirándolas.

-Qué estás mirando?- Preguntó en un tono seco y sin levantar la mirada.

Río un poco al ver a la tonta de su hermana levantarse de aquella forma "torpe" teniendo en cuenta lo que le habia sucedido la tarde y noche anterior, "en verdad que es tonta y malagradecida" pensó para sus adentros, cambiando ese semblante burlon por la expresion fria que seguramente la chica estaba tan acostumbrada a mirar, incluso su mirada lujuriosa hacia el cuerpo de su hermanita habia desaparecido al escuchar aquella pregunta tan odiosa.

No deberias de morder la mano que te da de comer le dijo en tono seco y cortante, obviamente sin contestar su pregunta y mostrandole lo facil que habia cambiado su humor de "tranquilo" y "sereno" al clasico, al de siempre, al Shin frio y odiosamente retorcido que es él que casi siempre está activo.

Vio con odio y una furia reprimida que le obligaba a cerrar los puños con fuerza, como la chica despreciaba los cuidados y bendajes que le habia puesto, y los tiraba a la distancia con toda las fuerzas que le quedaban, o mejor dicho las fuerzas que se supone debio de haber recuperado durante su descanso; pero al notar que no era asi, que seguia atontada y mareada se acercó a ella con pisadas fuertes y que denotaban coraje.

Recoge las malditas bendas que me mate en ponerte dijo casi gritando, aun conteniendo su rabio, ordenó con fuerza mientras comenzaba a quitarse el cinto, quizas la chica no lo entenderia o quizas si; pero lo que se imaginaba no podria superar la realidad, y aun siendo tan temprano ya iba comenzando a pensar en un castigo para la chica, por así decirlo no pensó en algo tan severo pues estaba "conciente" de que la chica debia de estar cansada y confundida, y eso ayudaba a que su castigo fuera un poco mas "blando", pero no evitaba que le fuera a dar algo que no recordara por un buen tiempo.

Hazlo ya dijo esta vez ni siquiera molestandose en gritarlo solo lo dijo tratando de contenerse, mientras voleataba la mirada hacia las bendas tiradas en el suelo, haciendo que su rostro solo reflejara sobre este la oscuridad de la habitacion sumada a la oscuridad de su persona, y tomando la parte de la hebilla y la punta del cinto.

Sus manos temblaron al ver la ira contenida en la mirada de su hermano que se aproximaba a ella con pasos fuertes.. -Sabes algo? Si no me hubieses lastimado no hubiera sido necesario que me pusieras ningún maldito vendaje!!!- Replicó iracunda la menor, era el colmo ver cómo le reclamaba por algo que él había iniciado sin razón alguna; nada en el mundo, por lo menos para ella, justificaría aquel castigo que había recibido, especialmente porque no sabía que su medio hermano le guardase tanto rencor. -Dime de una vez qué demonios te hice para que me odies tanto!?- Le preguntó aún más furiosa y como exigiéndole, estaba débil pero no lo suficiente como para hacer caso de lo que le acababa de ordenar a gritos el peliverde.

-Y no voy a recoger ninguna cosa porque no soy tu maldita criada!!!- Le gritó fuertemente al tiempo que lo miraba fijo, notando un poco de reojo como éste se soltaba el cinturón y lo acomodaba en sus manos alistándolo para golpear algo... "A mí, seguramente" Pensó. A pesar de ver aquello no demostró miedo alguno y se paró del otro lado de la cama, dejando esta en medio de los dos, ni loca iba a quedarse a ver cómo el mayor le hacía más daño, por lo menos no sin darle una buena pelea.

-Vas a golpearme de nuevo desgraciado abusivo?- Preguntó ahora con un tono de voz más bajo pero con su mirada desafiante aún fija en la de él, sus manos estaban empuñadas y a pesar de sentir algo de dolor por los sucesos de la tarde-noche anterior esta vez no pasaría de al menos intentar golpearlo, morderlo, rasguñarlo o lo que fuera.

El peliverde quedó "atonito" ante la nueva postura que tomaba su hermana, no aparentaba ser la misma debilucha y dejada chica pequeña de ayer, ahora se ponia a la ofensiva, no solo reprochaba y hablaba sino que ahora parecia dispuesta a actuar, dispuesta a darle pelea, lo que ella no sabia es que mientras mas le hiciera enojar, mas perderia la compasion de ella, y no solo en esta ocasion sino para siempre, la chica en verdad no tenia idea de con quien se metia; él retorcido peliverde es mas que capaz de matarla, pero esto seria una suerte para ella, pues lo que realmente le gusta al mayor no es matar, sino como matar; y para desgracia de todos este es un maldito enfermo que le gusta hacerlo de la forma mas tortuosa posible, sin importar de quien se trate.

Tú te lo buscasté dijo en un tono frio y seco, su boca parecia malformarse en una sonrisa retorcida y maniaca, como la que hacen los peores psicopatas en esas peliculas norteamericanas; su respiracion se agito de un derrepente, no podia contenserse la emocion por lo que iba a suceder, pero era una maldita emocion y una respiracion enfermisa, una señal para la chica de que correr ya no era una opcion y solo le quedaba resignarse a lo que iba a suceder.

En un brinco rapido, salto la cama por completo y moviendo el cinto con fuerza lo estampó contra su mejilla derecha, no seria de sorprender si a la chica comenzaba a sangrarle esta, un golpe tremendamente fuerte que hizo resonar un increible "craaac" al reventar contra su cara, y esto no era solo mas que el comienzo.

Y por cierto... no te odio, yo te quiero... terminó la frase con estas palabras que en algun otro momento, con alguna otra persona habrian sonado lindas, pero en ese momento se escuchaban repugnantemente cargadas de perversion y un retorcido deseo de cogerse a su hermanita, acto seguido estiró la mano izquierda y halando con fuerza destroso las vendas que cubrian su senos y los dejo al descubierto, despues volvio a mover la diestra y le dio otro fuerte cintaraso, ahora no sobre la mejilla sino sobre sus pechos, esos pechos hermososo que pasaban de un lindo palido a un horrendo rojo.

Y ahora no jugare como ayer, hoy me pondre serio con mi linda hermanita dijo soltando una carcajada, una estupidamente horrible carcajada que a él enfermamente le provocaba gracia y alegria, era una cosa tan retorcida su mente que solo él podia entender, que solo el podia disfrutar pues la tortura era algo que pocos se atrevian a hacer, y los que la hacian generalmente tomaban ciertos limites, limites que el peliverde consideraba muy pequeños y estupidos, su maldito gusto por la sangre y la humillacion no eran mas que un infierno para todos.

Apenas y lo vio venir, para cuando se enteró, él ya había superado el único obstáculo que impedía que le hiciera daño y bueno, también le había dado "su merecido"; ahora se encontraba con su rostro totalmente ladeado hacia la izquierda y con un fuerte ardor sobre su mejilla derecha, de la cual no tardó en dibujarse una leve y fina línea de la cual comenzarían a salir un poco de aquel líquido rojo en forma de gotas que se escurrirían hasta su mentón y un poco hasta su cuello.
Tampoco logró reaccionar ante lo que seguiría pues apenas intentó escaparse de las garras del lobo fue atrapada por este, que al momento de tirar fuertemente de los vendajes que cubrían su pecho hizo que quedara un poco más cerca notándose la diferencia de estatura entre los dos semi-hermanos.

La menor no emitió quejido alguno, salvo una especie de grito ahogado por la acción que el peliverde acababa de cometer al despojarla bruscamente de aquellas vendas que cubrían su pecho y al golpearla con el cinto en aquella parte tan delicada de su cuerpo.

En cuanto pudo su primera reacción fue retroceder todo lo posible, que no fue mucho, pues su espalda pronto chocó contra una de las paredes de la habitación... -Maldito enfermo...- Murmuró mientras lo miraba con odio al tiempo que intentaba cubrir con su antebrazo izquierdo sus pechos enrojecidos. -Si te acercas un poco más te juro que yo...- Su amenaza se pausó abruptamente al comprender su situación... Sus armas seguramente estarían escondidas en algún lugar recóndito de la habitación, obra de su hermano por supuesto, su fuerza no era mucha al menos no para derribar a su hermano, dudaba siquiera que para causarle dolor o al menos un daño mínimo.... Estaba indefensa y en la peor situación encerrada con semejante maniático.

Su respiración estaba inquieta y agitada, el calor del verano hacía que su cuerpo se pusiera un poco acalorado y que el ritmo de s corazón se acelerara a ritmos increibles... sus orbes verdes miraban hacia todos lados buscándo con la mayor velocidad posible una forma de escapar, un objeto con el cuál pudiera defenderse pero... NADA!!! No había nada, ese bastardo infeliz se las había ingeniado bien para dejarla a su completa merced.

Comenzó a reir maniaticamente al escuchar la amenaza de su hermana, por mas que la chica tratara y luchara por defenderse, por defender su vida y su dignidad no lograria el mas minimo resultado, ni por mas que le pidiera perdon en el futuro, su unica esperanza de que terminara todo es que él peliverde se cansará de aquel macabro juego de perversion y placer caoitico, pero eso jamas iba a pasar, cuando menos no iba a ocurrir pronto, su hermanita le habia desafiado, le habia despreciado sus atenciones y ahora le enfrentaba, era algo que realmente no podia dejar pasar.

¿Qué me juras?.... ¿eh? NO JURES NADA QUE NO PUEDAS CUMPLIR!!!! le gritó entre enfurecido y divertido, pues al momento de gritas lanzo varios "latigasos" con el cinto, lo hizo varias veces con fuerza y zaña, todas las veces dirigidas a su pecho, sabia que esas jugosos y palidos pechos eran una de la spartes sensibles de su cuerpo, ya lo habia experimentado antes y ahora con esto en la mano podria sacarles un poco mas de gusto.

Si crees que estoy enfermo por hacer esto, estas mal, lo unico que quiero es enseñarle un poco de disciplina a mi pequeña hermanita le decia con un tono burlonamente comprensivo, finjiendo una voz que diria alguien que intenta proteger a otra persona, alguien de buen corazon, y no este peliverde de mente retorcida que lo unico que queria era humillarla y causarle todo el dolor humanamente posible.

"Quizas le pueda cortar un pezon" pensaba suciamente para sus adentros mientras se dirigia a ella con pasos largos pero lentos, burlandose de que no tenia ninguna escapatoria y que estaba en una clara desventaja, cuando paso junto a la vendas se inclino un poco y las tomo con la zurda y se las lanzo a la cara.

Si tan solo hubieras recogido estas putas vendas dijo en un claro tono mas colerico al ver como las vendas le manchaban un poco el rostro de sangre, y como sus senos estaban rojos e incluso mas inchados de lo que estaban ayer, si seguia recibiendo golpes de esa clase en sus senos seguramente estos terminarian morados de tanto golpe cosa que a él solo le exitaba mas el tan solo concevir esa idea.

Su respiracion se agitaba aun mas, aquel momento satiro y enfermo realmente le agradaba, realmente le excitaba, y esta respiracion se la restrego en su cara, cuando llegó justo a enfrente de ella tomo sus mejillas con mucha fuerza, con la zurda la mano que tenia libre, y las presiono fuerte haciendo que se pararan sus tiernos y lindos labios, formando una trompita forzada.